«El cielo es del color del cielo»

– ¿A ti te gusta pensar?

Mañana soleada, son las 9. Estoy afuera, en el fregadero, lavando los cacharros del desayuno. Willy tiene 5 años y me mira subido a un huacal, apoyado en la pila. Está contento.

– Sí que me gusta pensar. 
-¿Y por qué es que a ti te gusta pensar?

Las preguntas de Willy. 

– … Me hace encontrar el mundo más interesante. Y a ti, ¿te gusta pensar?
– No. 

Categórico como siempre. Sonrío.

– ¿Y qué te gusta hacer?
– Comer – recapitula un segundo – e ir en bici. 

Asiento. Willy se abstrae y vuelve a su mundo. Yo lo dejo estar y canturreo “dices que el cielo es azul, es azul…”. Pestañea extrañado.
– Pero el cielo no es azul.

Lo miro divertida.

– ¿Y de qué color es el cielo, Willy?
– El cielo es del color del cielo. 

Lo dice despacio y con contundencia. Paro de fregar y lo miro a los ojos.
– Eso que has dicho es muy profundo, Willy.
Me aguanta la mirada, serio. Permanecemos un tiempo así, los dos mirándonos en silencio. Sol, brisa y su expresión grave.

– Voy a inventar unos pantalones de hielo. Con este sol me está sudando el culo. 
– Los grandes pensadores no están libres de los problemas mundanos, Willy.
– Ahá.

Silencio de nuevo. Brisa y sol. Suspira.
– Se me cocieron hasta los huevitos.

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